Comienza el largo proceso de la elección del futuro Pontífice
El cardenal Ratzinger convocó ayer
a 183 purpurados para el Cónclave. Los favoritos.
El cardenal alemán Joseph Ratzinger, que cumplirá
78 años dentro de unos días, cesó cuando murió anoche el Papa en su
cargo estratégico de "ministro" para la Doctrina de la Fe, pero no
como decano del Sacro Colegio de Cardenales. De inmediato, convocó a
Roma a todos los purpurados, que son 183, para participar desde el
lunes en las reuniones diarias (llamadas congregaciones generales)
de la sede vacante. Se puso así en marcha el mecanismo que
culminará dentro de quince a veinte días, cuando los 117
cardenales electores, menores de 80 años, entrarán en la Capilla
Sixtina entonando el "Veni Creator" y se inicie el Cónclave para
elegir al sucesor del Papa.
La centralidad de la figura de Ratzinger en este momento dramático
en la vida de la Iglesia resulta muy significativo para explicar
la dirección en que se mueven los equilibrios de fuerza internos
en las cumbres de la Iglesia. La del cardenal alemán es la figura
más conversada en la Curia Romana, el gobierno central de la
Iglesia, como eventual futuro Pontífice, pese a su avanzada edad.
La mayoría de cardenales del Cónclave tiene una matriz centrista
conservadora y entre los purpurados más interesados en enfatizar
la vigencia de la ortodoxia doctrinaria tradicionalista encarnada
por las enseñanzas de Juan Pablo II, Ratzinger suministra las
mayores garantías de cambiar en lo que haga falta pero evitando los
saltos en el vacío.
Las dos semanas de reuniones, a la mañana y a la tarde, de los
cardenales que van llegando a Roma, incluso la de los 65 mayores de
80 años, tendrán una importancia extraordinaria para decidir quién
será el nuevo Papa. Tras uno de los más largos pontificados de la
historia de la Iglesia, la luz del reinado de Karol Wojtyla proyecta
un inevitable cono de sombra sobre su sucesor.
El mismo cardenal Ratzinger dijo ayer en una entrevista televisiva
que el "precónclave", como acertadamente llama a las reuniones de
cardenales de la sede vacante, sirve ante todo para discutir los
grandes problemas que afectan hoy a la Iglesia. "Estos debates dan
la medida y el perfil de los cardenales que pueden ser más aptos
para afrontarlos, pero nunca se hacen nombres de candidatos", dijo
Ratzinger.
Sin embargo, los nombres se barajan y vuelven a barajar en las
reuniones reservadas que hace años celebran los cardenales en todo
el mundo.
La Iglesia enfrenta problemas difíciles, como la renovación
interna en favor de una mayor colegialidad en el gobierno del
inmenso aparato católico, con 1.100 millones de fieles. Es necesario
buscar y encontrar un nuevo equilibrio entre el poder del Papa y el
de los obispos, las conferencias episcopales y los sínodos, que
deben tener más poderes.
Hay que agregar el celibato de los curas, el rol de las mujeres —las
grandes postergadas de la Iglesia— y hasta la necesidad de facilitar
el retiro de un Papa anciano y enfermo. Además están los problemas
de la Iglesia en la sociedad, ya ampliamente conocidos, como el
aborto, el divorcio, la fecundación asistida, la centralidad de la
parroquia. Y los dramas sociales de un mundo socialmente injusto.
En las listas de favoritos, además de Ratzinger figuran en Europa
dos italianos, el patriarca de Venecia, cardenal Angelo Scola, y el
arzobispo de Milán, cardenal Dionigi Tettamanzi. Entre los
latinoamericanos despierta creciente interés la figura del jesuita
argentino Jorge Bergoglio. También del arzobispo de San Pablo,
cardenal Claudio Hummes, y del salesiano de Honduras Oscar Rodríguez
Maradiaga.
Entre los afroasiáticos, el más nombrado es el indio Iván Dias,
cardenal arzobispo de Calcuta. Entre los africanos, siempre se pone
en primer lugar al nigeriano Francis Arinze.
Como se elige el sucesor del Papa
Fuente:
clarin.com
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