El Comando Sur de Estados Unidos anunció recientemente un ataque a una embarcación en el Océano Pacífico, lo que ha elevado el número de víctimas a 83. Este esfuerzo responde a una campaña iniciada a principios de septiembre, que ha incluido el despliegue de naves de guerra en el Mar del Caribe.

«Los informes indican que la embarcación estaba implicada en el tráfico ilegal de drogas«, afirmó el mando militar estadounidense. No obstante, las fuerzas norteamericanas no han presentado pruebas concluyentes que respalden tales acusaciones contra los operativos en alta mar, lo que ha llevado a muchos expertos a cuestionar si estas muertes podrían considerarse ejecuciones extrajudiciales.

La Postura de EE. UU. contra el Régimen de Maduro

El gobierno de Donald Trump continúa sin reconocer la legitimidad de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. Trump afirmó que ha tomado decisiones sobre los próximos pasos a seguir respecto a Venezuela, pero no ofreció detalles.

“Hemos avanzado mucho en detener el flujo de drogas desde Venezuela”, comentó Trump en una reciente declaración. Aunque anteriormente había expresado dudas sobre el envío de tropas estadounidenses a Venezuela, subrayó que “los días de Maduro están contados”.

Potenciales Diálogos entre EE. UU. y Venezuela

En medio de este contexto, Trump sugirió la posibilidad de conversaciones con el mandatario venezolano. “Podríamos tener algunas discusiones con Maduro”, indicó el presidente en una conferencia de prensa en Florida. “Ellos [los venezolanos] estarían interesados en dialogar”, añadió.

Sin embargo, el gobierno de Caracas considera que el despliegue militar estadounidense en la región es una amenaza directa. Maduro calificó las recientes maniobras militares en el Caribe como «irresponsables» y aseguró que Estados Unidos persigue intereses más allá del combate al narcotráfico: “Lo que buscan es apoderarse de los recursos naturales de Venezuela”, afirmó.

Según el presidente venezolano, estas acciones están motivadas por el deseo de EE. UU. de utilizar la riqueza de Venezuela, que posee las mayores reservas de petróleo y gas del mundo, así como tierras fértiles.