Originaria de Grenoble, Francia, Rosa nació en 1766 en el seno de una familia adinerada, desafiando las expectativas de su entorno al unirse a la Orden de la Visitación. Su vida misionera la llevó a cruzar océanos, dejando una huella imborrable en las comunidades que conoció.

Una Vida Resiliente y Dedicada

La Revolución Francesa alteró drásticamente su camino, obligándola a regresar a su hogar. Durante once años, mostró su valentía al cuidar de prisioneros y llevando la Eucaristía a quienes más lo necesitaban, todo ello en secreto. En 1804, entregó el convento de Sainte-Marie-d’en-Haut a la naciente Sociedad del Sagrado Corazón y forjó una profunda amistad con Santa Magdalena Sofía Barat, quien se convertiría en su guía espiritual.

A los 46 años, en 1818, Rosa emprendió un viaje hacia América junto a cuatro hermanas, con el firme propósito de evangelizar a las comunidades indígenas. En St. Charles, Misuri, establecieron la primera casa de la Sociedad del Sagrado Corazón en suelo americano, abriendo además la primer escuela gratuita al oeste del río Misisipi.

Su mayor anhelo era trabajar directamente con los nativos americanos, lo que se hizo realidad cuando, a los 72 años, la comunidad Potawatomi la acogió en Sugar Creek, Kansas. Aunque su salud era frágil y solo permaneció un año, su dedicación la hizo conocida como «la mujer que siempre reza».

Un Legado de Fe y Milagros

La canonización de Santa Rosa, realizada por el Papa Juan Pablo II en 1988, estuvo marcada por un milagro notable. A través de su intercesión, Madre Marie Bernard, otra monja de su congregación, fue curada de un tumor maligno en el cuello, un claro testimonio de su intercesión divina.

La devoción hacia Santa Rosa Filipina Duchesne se centra en su rol como patrona de la perseverancia. Los fieles la invocan para obtener fuerza y constancia en tiempos difíciles, inspirándose en su capacidad de superar los obstáculos que la vida le presentó.

Oración de Abandono a Dios

Una de las oraciones que refleja su entrega dice: «Estoy donde Dios quiere que esté, y por eso he encontrado descanso y seguridad. Su sabiduría me guía, su poder me protege, su gracia me santifica, su misericordia me envuelve, su alegría me sostiene y todo saldrá bien conmigo”.

Otros Santos Recordados Este Día

El 18 de noviembre también se celebra la Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo. Adicionalmente, se recuerda a San Barulas, San Amando de Lérins y San Odón de Cluny, quien fue homenajeado recientemente junto a Santa Isabel de Hungría.