Erik Satie encontró en la cultura griega un paralelo con su propia búsqueda artística: la pureza, la contemplación y la belleza como formas de trascendencia. La muerte de Sócrates simboliza no solo una injusticia, sino un ideal de vida coherente y serena, reflejando el pensamiento de un verdadero filósofo.

Un Programa que Resuena con la Estética de Satie

El recital ofreció un programa meticulosamente elaborado, precedido por el *Epitafio de Seikilos*, la pieza musical más antigua conservada, que evocó una profunda meditación sobre la muerte y resonó con los valores de armonía que Satie admiraba.

Claridad y Contención en la Música

Otras obras como *Gymnopédie n.º 1*, la *Oda a una urna griega* de George Antheil (estreno en Latinoamérica) e *In a Landscape* de John Cage, articulan una búsqueda común por la depuración formal y sonora, destacando la claridad y la reflexión sobre el tiempo.

Voces que Dan Vida a la Composición

Entre las piezas, se incorporaron textos de figuras como Winnaretta Singer, Igor Stravinsky y Darius Milhaud, quienes aportaron sus perspectivas sobre Satie. La soprano, acompañada por el piano de Fernanda Morello, brindó una interpretación íntima y controlada, en sintonía con la transparencia que Satie quería transmitir en su obra.

Una Experiencia Multimedia

El narrador Marcos Montes unió emocionantes relatos que iban desde el pasado del compositor hasta la somnolencia del presente, creando una experiencia vinculada entre música y palabra. Durante la actuación, se proyectaron frases de Satie y Cage, enriqueciendo el relato sin romper la unidad del discurso.

Elementos que Invitan a la Contemplación

La puesta en escena utilizó pocos elementos, como un banco y un espejo iluminado, creando un ambiente contemplativo a través de un juego sutil de luces. El círculo de luz, símbolo de armonía en la antigüedad, permaneció constante, evocando la búsqueda de equilibrio en el arte.

La Estética de la Serenidad

En *Sócrates*, Satie aplicó su ideal de claridad a una escritura austera y casi recitada, alejándose de la teatralidad para alcanzar una serenidad clásica. La actuación se destacó por su dramatismo contenido, donde se logró un equilibrio entre las palabras y la música.

Un Legado que Persiste

Con cada ACORDE y cada palabra, se reafirma la concepción de Satie sobre el arte como un círculo, donde la realidad y la abstracción se entrelazan, y lo bello y lo bueno se convierten en conocimiento profundo. Esta experiencia única en el Teatro Colón celebra a un compositor cuyo pensamiento continúa resonando un siglo después.