El 1 de junio de 2023, Cecilia Strzyzowski se despidió de su familia con planes de un viaje que nunca se concretó. Había indicado que pasaría la noche en la casa de sus suegros, con la intención de volar hacia Ushuaia. Sin embargo, a las 9:16 del 2 de junio, las cámaras de seguridad la captaron ingresando al hogar de los Sena; desde ese momento, no se la volvió a ver.

La trágica cronología del crimen

Entre las 12:13 y las 13:30 del mismo día, se detectó la presencia de César Sena, pareja de Cecilia, junto a sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña. Las pruebas sugieren que, durante ese intervalo, Cesar llevó a cabo el homicidio de la joven.

A las 17:00, Fabiana González, quien entró a la vivienda, salió alterada y afirmó haber visto “un bulto envuelto en una manta marrón”. Una hora después, Gustavo Obregón fue identificado como posible cómplice en el traslado del bulto hacia una propiedad familiar, donde supuestamente se llevó a cabo la incineración del cuerpo.

Movimientos sospechosos en el entorno familiar

Las grabaciones de las cámaras de seguridad captaron a miembros de la familia Sena actuando de manera nerviosa y manipulando bolsas. En el predio rural, el casero Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso, encargada del lugar, también fueron vinculados a la tarea de mantener un fuego encendido durante varias horas, lo que facilitó la reducción del cuerpo antes de ser desechado en el río Tragadero.

Las pruebas forenses desnudan la verdad

El análisis forense confirmó que los restos hallados tanto en la propiedad como en el río pertenecían a una única persona adulta, incluyendo fragmentos de cráneo, cruciales para avalar la teoría de incineración.

En el transcurso de los días siguientes, mientras la familia de Cecilia buscaba respuestas, César Sena se involucró en actividades de campaña electoral para sus padres, candidatos del Frente Chaqueño. En diversas imágenes, se le observó con marcas visibles en el cuello. Familias de ambos lados intentaron comunicarse, pero las respuestas de los Sena fueron escasas, limitándose a mencionar una discusión como motivo de la ausencia de noticias.

Discrepancias en la versión de los hechos

El 8 de junio, César declaró como testigo en la Comisaría Tercera, alegando que Cecilia salió caminando luego de una discusión. Sin embargo, su relato era inconsistente con las grabaciones de cámaras y los tiempos, lo que llevó a la fiscalía a tomar acciones urgentes. El 9 de junio, se realizó un allanamiento en la casa de los suegros de Cecilia, resultando en el descubrimiento de trazas biológicas compatibles con sangre, municiones, una sierra de carnicero y una significativa suma de dinero en efectivo.

La entrega y la búsqueda de justicia

Al día siguiente, César se entregó voluntariamente a las autoridades. En ese momento, un informe crucial reveló que la última señal del celular de Cecilia había sido detectada en un área rural vinculada a la chanchería de la familia Sena. Un allanamiento posterior resultó en el hallazgo de restos óseos en una zona de quema, proporcionando más evidencia a la investigación. Los encargados del lugar, el casero y su esposa, fueron detenidos.

Los análisis confirmaron que los restos encontrados corresponden a una sola persona adulta, reforzando la hipótesis de un crimen planificado y una serie de acciones realizadas para ocultar la verdad. La investigación ha delineado roles específicos y un patrón de encubrimiento que revela la complejidad de este trágico caso.