En una nueva fase del juicio, el Tribunal Oral Federal 7 (TOF 7) ha escuchado declaraciones impactantes de testigos clave que desnudan un sistema de financiamiento ilícito activo entre 2003 y 2015. Uno de los principales actores, Ernesto Clarens, quien se presentó como arrepentido, confirmó su rol como el «cambiador» de divisas, revelando que su trabajo consistía en recibir pagos de empresas y convertirlos a dólares. «Yo estaba en Buenos Aires, tenía que recibir la plata de las empresas y convertirla en dólares», manifestó Clarens ante el tribunal.

El financista explicó que su función era fundamental en la estructura de corrupción. Se encargaba de recolectar el dinero en efectivo que las empresas entregaban, un porcentaje proveniente de los contratos de obra pública, para luego obtener los dólares en el mercado informal y coordinar su entrega con Daniel Muñoz, secretario privado de los Kirchner. Según Clarens, estos fondos eran llevados a la residencia de la pareja presidencial en Río Gallegos o El Calafate.

Continuidad del Esquema de Corrupción

La continuidad de este sistema fue corroborada por el ex chofer Óscar Centeno, quien testificó sobre las modificaciones que ocurrieron tras la muerte de Néstor Kirchner. Centeno aseguró que los envíos de efectivo continuaron hacia la Quinta de Olivos durante la presidencia de Cristina Kirchner. Describió escenas donde, en ocasiones, la ex mandataria aparecía «en jogging» al momento de recibir el dinero.

Otro testimonio relevante provino de José López, ex secretario de Obras Públicas. López compartió que tras la muerte de Néstor Kirchner, Cristina lo convocó y le advirtió que podía ser «parte del problema o de la solución». Explicó que le reveló todo el sistema de recaudación vinculado a las obras públicas, expresando el miedo que sentía ante ella, a quien describió como «muy vengativa».

Durante las audiencias, también se abordó el sobreseimiento de Enrique Pescarmona, ex presidente de IMPSA, quien no será juzgado debido a un «deterioro cognitivo». Su declaración como testigo fue admitida como prueba en el proceso. Adicionalmente, el primo de Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra, reveló que fue presionado para realizar «aportes» significativos para campañas políticas.

Defensa de Cristina Kirchner

A pesar de las incriminaciones y la abundante evidencia presentada, Cristina Kirchner insiste en su defensa. En su declaración ante el tribunal, reiteró que el juicio es una «persecución» en su contra y alegó que los cuadernos no son más que «documentos fabricados», negando cualquier implicación en actos de corrupción. Para intensificar el proceso, el tribunal ha dispuesto un nuevo cronograma de audiencias que se extenderá hasta mediados de diciembre.

Mecanismos de Corrupción en la Obra Pública

Ernesto Clarens no solo actuó como intermediario monetario, sino que también describió cómo se estableció un sistema de coimas. Relató que esta estructura nació de una reunión con Carlos Wagner, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Viales, quien le indicó que el Gobierno había decidido obtener fondos a través de la obra pública.

Clarens explicó que en reuniones extensas, las constructoras decidían quién ganaría cada licitación «por turno». El precio siempre se fijaba un 20% por encima del costo oficial, y ese sobreprecio se dividía en un 10% para coimas y otro 10% para que las empresas generaran dinero negro.

Finalmente, el financista mostró su preocupación por la anomalía del manejo de estos fondos, afirmando que se cambiaron 60 millones de euros en la financiera conocida como «La Rosadita». Este volumen de operación, consideró, era imposible de manejar en el mercado informal argentino, lo que planteaba serias dudas sobre la legalidad de las transacciones. Además, cuestionó cómo Lázaro Báez podía estar en una situación financiera aparentemente sólida mientras solicitaba pagos y realizaba compras de terrenos.