La Recuperación Económica Argentina: ¿Un Rebote Temporal o un Crecimiento Sostenido?
La economía argentina muestra una recuperación inusual que despierta tanto optimismo como preocupaciones. La reciente evaluación de Gonzalo Martínez Mosquera, analista económico, destaca los contrastes en esta dinámica.
Crecimiento Desigual: Un Análisis Crítico
Martínez Mosquera destaca que el crecimiento económico ha traído sorpresas, ya que el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) reportó un aumento del 5% interanual y un 0,5% mensual. Sin embargo, se mantienen interrogantes sobre la metodología que respalda estos datos.
El experto señala que, a pesar de este repunte, aún estamos lejos de alcanzar los niveles de producción del 2022. “No hemos llegado a ese techo; hemos estado rebotando por años”, expresa, lo que invita a cuestionar si este es un simple rebote o un crecimiento real y sostenible.
Una de las mayores preocupaciones es la disimilitud entre sectores. “Los que están creciendo son justamente los que menos empleos generan”, advierte Martìnez Mosquera. En cambio, industrias clave como el comercio, la construcción y la manufactura siguen debilitadas, lo que podría complicar aún más la situación laboral.
El analista también observa un fenómeno creciente: la migración hacia trabajos en aplicaciones de movilidad. “Mucha gente se está volcando hacia estos servicios”, un signo de precarización que refleja la saturación del mercado laboral en un contexto de demanda limitada.
Remonetización: Propuestas y Retos
Con un mercado laboral presionado y niveles de actividad que no convencen, Martínez Mosquera enfatiza la necesidad de incrementar la masa monetaria. “La economía necesita más pesos para funcionar eficazmente”, afirma, advirtiendo que, sin suficientes recursos, se profundiza la inestabilidad económica.
Aunque el analista coincide con el gobierno en la urgencia de remonetizar, cuestiona su enfoque de emisión de pesos para comprar dólares. “Ese método no es suficiente”, asegura. Propone, en cambio, una reducción de impuestos como una vía más efectiva para inyectar liquidez en el sistema.
Martínez Mosquera lanza una controversia: “Es necesario tener un déficit primario”, argumentando que la falta de este puede perjudicar la economía. No aboga por aumentar el gasto público, sino por permitir que el Estado recaude menos con el fin de evitar un estrangulamiento monetario. Cita ejemplos como el cierre de Whirlpool para ilustrar las restricciones que enfrentan los sectores productivos, defendiendo una política de alivio fiscal como solución viable.
