La reciente participación de Argentina en Ginebra ha puesto de manifiesto un intenso debate sobre derechos humanos, en un momento delicado para el Gobierno de Javier Milei.
El debate en el Comité Contra la Tortura
Durante la reunión anual del Comité Contra la Tortura, el subsecretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, lideró la delegación argentina que enfrentó cuestionamientos críticos de expertos de la ONU. Este evento se desarrolló mientras Argentina acordaba un tratado comercial con Estados Unidos, reflejando el trasfondo complejo de la diplomacia libertaria actual.
Defensa del Gobierno y críticas a la memoria histórica
El diálogo se centró en las políticas de seguridad implementadas por el gobierno, incluida la degradación de la Secretaría de Derechos Humanos a una subsecretaría. Baños defendió al gobierno enfocándose en dos puntos: cuestionar las fuentes de información de los expertos y establecer un paralelismo con la historia argentina.
Realizó un llamado a una «memoria completa» en relación a las víctimas de la violencia política, evocando un discurso que resuena con figuras como la vicepresidenta Victoria Villarruel. Cuestionó la cifra de 30.000 desaparecidos, vinculándola al «relato kirchnerista» y la corrupción.
Reacción ante las acusaciones internacionales
Baños desestimó las acusaciones de desmantelamiento de políticas de memoria, presentando datos públicos para fundamentar sus afirmaciones. Afirmó que el gobierno mantiene sus compromisos en cuanto a verdad y justicia desde una “mirada amplia” y negó el cierre de sitios de memoria.
Un enfoque crítico hacia las organizaciones de derechos humanos
El funcionario destacó la falta de rigor en los informes de organizaciones que alimentan el cuestionamiento de la situación de derechos humanos en Argentina. Criticó que muchos de estos datos carecían de fuentes verificables, resaltando que “son datos falsos”. Su discurso utilizó un tono agresivo, asegurando que no aceptarían la propagación de información inexacta.
Un mensaje político y la cercanía con el sistema internacional
En su presentación, Baños también sugirió la existencia de un “lobby” internacional contra el gobierno, acusando a algunas organizaciones de derechos humanos de lucrar con la defensa de estas causas. Este tipo de retórica refleja una disyuntiva: el gobierno busca distanciarse de las críticas locales a la vez que reafirma su compromiso con organismos internacionales.
La intervención de Baños marcó una clara señal de la postura del Gobierno frente a las diversas problemáticas, aunque muchos temas sensibles quedaron relegados ante un debate político más ideológico.
¿Hacia dónde va la diplomacia argentina?
La audiencia se cerrará con un dictamen del Comité, el cual no es vinculante, pero su impacto diplomático puede ser significativo. La situación de derechos humanos en Argentina sigue siendo un foco de atención internacional, y la retórica del gobierno podría llevar a un incremento en la confrontación con la ONU.
Según el periodista Juan Gasparini, estas audiencias son vitales ya que funcionan como una evaluación que finaliza en un dictamen que puede determinar si se cumplen los estándares establecidos en la Convención contra la Tortura.
