El influyente semanario financiero británico ‘The Economist’ por primera vez en su historia creó la categoría ‘país del año’, otorgando ese reconocimiento a Uruguay «por su receta de la felicidad humana».
«Los uruguayos somos una nación de tres millones de personas emparedada entre dos gigantes: Argentina y Brasil, y a menudo nos sentimos invisibles. ¡Qué refrescante es ser calificado de repente como un vanguardista de cambios progresivos!», opina Carolina De Robertis, columnista del diario ‘The Huffington Post’.
Según argumentó ‘The Economist’ en un artículo dedicado al tema, su iniciativa de elegir el mejor Estado ha tenido como objetivo «reparar el equilibrio entre lo individual y lo colectivo». Detalló que la metodología en la que basó su decisión no tiene mucho que ver con los instrumentos financieros. Acentúa que si se hubiera centrado en los índices del crecimiento del PIB, habría triunfado Sudán del Sur, que tuvo un crecimiento en 2013 del 30%, mayormente como consecuencia de una caída de un 55% del año pasado. Otro posible ganador sería Estonia, que tiene uno de los niveles más bajos de deuda dentro de la Unión Europea.
Sin embargo, la revista destaca que estas dos candidaturas ni muchas otras no han podido satisfacer su criterio principal: el impacto que tienen las decisiones políticas de un gobierno en todos los ciudadanos y también en el resto del mundo. Uruguay, en cambio, combina varios factores que hicieron feliz a su gente y acabaron llevándola al primer lugar.
«Uruguay está en el centro del mundo por leyes consideradas de avanzada. El Gobierno de Mujica va a quedar en la historia», insistió Juan Carlos Doyenart, director del centro de análisis política Interconsult, ante la agencia de noticias AFP. Al mismo tiempo, el analista destacó que las reformas aprobadas en el país a lo largo del mandato de Mujica «no son prioritarias para toda la sociedad».
En 2013 Uruguay fue el segundo Estado latinoamericano y el 12º en el mundo que aprobó el matrimonio gay. De este modo logró aumentar la suma global de la felicidad humana sin ningún coste financiero, argumenta ‘The Economist’.
Otra reforma revolucionaria que supone mejoras decisivas, no solo para el pueblo uruguayo, sino puede beneficiar también a todo el mundo, ha sido la legalización de la marihuana. A finales de este 2013, a pesar de numerosas críticas internacionales, Uruguay se convirtió en el primer país que no solo legalizó el cannabis, sino también encomendó el control de su producción y distribución al Estado. La ley impulsada por el propio presidente José Mujica como un experimento social entrará en vigor en el segundo semestre del 2014. Según la revista, se trata de un cambio muy sensible que permitirá a las autoridades centrarse en los crímenes más graves. Insiste en que si otros países siguieran este ejemplo, se reduciría drásticamente el impacto que tiene la droga en el mundo.
«No es simplemente una ley sobre fumar una porra. Es una ley sobre la paz y la seguridad. Se trata de una alternativa real para la estrategia fallida de EE.UU. de una guerra armada contra el narco», asegura por su parte De Robertis.
Y el último ingrediente de la receta uruguaya de la felicidad humana, de acuerdo con ‘The Economist’, es el máximo líder del país, José Mujica, una persona «admirablemente humilde» e «inesperadamente honesta». Vive en una casa rural austera, él mismo conduce su Volkswagen Beetle y vuela en clase económica. Para Doyenart, la fascinación internacional que despierta Mujica es muy comprensible y se debe al hecho de que «en el mundo entero hay una tremenda falta de credibilidad de la dirigencia política».
Fuente> rt.com