Riesgo País de Argentina: ¿El fin de la tendencia bajista?
Este 1 de diciembre de 2025, el indicador de riesgo país de Argentina, según JP Morgan, alcanzó los 648 puntos básicos. A pesar de un ligero aumento de dos puntos respecto a la jornada anterior, el mercado muestra señales de estabilidad en medio de un entorno incierto.
El índice EMBI, que refleja la confianza de los inversores en la capacidad de Argentina para cumplir con sus obligations de deuda, se mantiene por debajo de los 650 puntos, un nivel que ofrece un respiro, aunque no suficiente. A pesar de la reciente ligera alza, se palpa un enfriamiento en el ambiente de inversiones asociado a la operativa negativa en Wall Street, lo que ha llevado a los bonos soberanos a experimentar una leve caída.
Hacia un futuro más accesible para el crédito
El nivel actual de 648 puntos es crucial para el país, que deberá romper la barrera de los 400 puntos para acceder a financiamiento externo a tasas más competitivas. Esto indica que, aunque ha habido avances, el costo de endeudamiento sigue siendo elevado y limita las oportunidades de refinanciación en condiciones favorables.
Previo a esta jornada, el riesgo país había tocado cifras inferiores a los 600 puntos, generando expectativas sobre un posible retorno al mercado de crédito internacional. Sin embargo, el regreso por encima de los 600 recuerda a los inversores que la normalización económica es un proceso complejo y dependiente de factores globales y de la situación económica interna, en particular en lo que respecta a la acumulación de reservas.
La mirada de los inversores ante un panorama incierto
La cifra de 648 puntos se presenta en un contexto de relativa calma cambiaria en Argentina, con un freno en la depreciación de la moneda mayorista durante noviembre. Esta aparente estabilidad es fundamental para fomentar la confianza en el mercado, aunque la atención ahora se centra en las decisiones gubernamentales y en la acumulación de reservas en el Banco Central.
Expertos citados en medios locales indican que el escenario macroeconómico sigue demandando cautela ante los próximos vencimientos de deuda en dólares y la necesidad de sólidos avances en reformas estructurales. La capacidad del país para mantener la disciplina fiscal será clave para que el índice retome su tendencia a la baja de manera sostenible en el futuro cercano.
